El lila ya no es solamente un color. Cada 8 de marzo, Día Internacional de la mujer, el lila inunda las calles, las reivindicaciones y, ahora también, el marketing.
El feminismo se asocia al lila desde 1911, cuando el trágico incendio en la fábrica textil Triangle Waist Co. cobró la vida de 146 trabajadoras, mayormente mujeres inmigrantes, con condiciones laborales precarias. El mito dice que el humo que salía del incendio era lila por las prendas textiles de la fábrica, y por ello este color empezó a abanderar la lucha por la igualdad.
Pero lo que empezó como un color asociado al feminismo, se convierte, en ocasiones, en un simple reclamo publicitario sin valor para la promoción de la igualdad: el Purplewashing o Feminism Washing.
Numerosas campañas y marcas se tiñen de lila en marzo, señalan los puntos en los que la desigualdad sigue presente y dan voz a las protagonistas de estos problemas. Pero, si tu campaña se basa solamente en poner lila el logo de tu marca, vender un producto con la frase “Go, girls!” o decir “cada día es 8 de marzo” pero no volver a acordarte de las mujeres hasta el año siguiente, déjanos decirte que es probable que estés cayendo en el Purplewashing. En este blog te contamos cómo comunicar sobre igualdad sin caer en el Purplewashing, claves para tus campañas y cómo identificarlo.
¿Qué es el Purplewashing?
El Purplewashing o Feminism Washing son las acciones, gestos y campañas, que empresas y organizaciones hacen abanderando la igualdad y el movimiento feminista, pero que no promueven, ni con estas acciones ni en su día a día, ningún beneficio ni representan ningún paso real hacia la igualdad de género. En resumidas cuentas, son aquellas campañas que se crean solamente para generar consumo y extraer beneficio económico y que no tienen un trasfondo real. El término fue acuñado en 2014 por Brigitte Vasallo, escritora española autora de Lenguaje Inclusivo y exclusión de clase.
La popularización de las prácticas de Purplewashing pueden hacer que estemos inundados de mensajes lilas y supuestamente en pro de la igualdad y el feminismo, pero que realmente estén vacíos y no nos lleven a reflexionar o a señalar problemas reales. Como consecuencia, aunque haya más mensajes en relación al tema, son de peor calidad y pueden llegar a generar el efecto contrario, incrementando el riesgo de generar desinformación sobre la igualdad.
El Purplewashing es muchas veces confundido con el Pinkwashing, justamente relacionado con el imaginario común que asocia a las mujeres con el rosa. El Pinkwashing se refiere al mismo tipo de campañas, pero aplicado a la comunidad y causas LGTBIQ+. Como todos los “washings”, surgieron tras el término Greenwashing, que se creó para denominar las prácticas engañosas de las empresas que pretenden proyectar una imagen de responsabilidad ambiental sin un compromiso real con la sostenibilidad.
Estrategias para evitar el Purplewashing
Cada vez la sociedad está más concienciada con la igualdad de género. Y ello también genera que muchas empresas y organizaciones se sumen al carro de informar sobre igualdad, perspectiva de género y feminismo para llegar a más audiencia. Esta tendencia puede ser un arma de doble filo. Por una parte, que se genere información sobre igualdad ayuda a avanzar y promover la conciencia social sobre ello, pero por otra parte, pueden surgir mensajes vacíos, que no aportan a la causa y que solamente se usan para dar una cara igualitaria irreal. Cuando llega marzo, muchas empresas se plantean generar mensajes por el Día Internacional de la Mujer, y es por ello que te explicamos 6 estrategias para evitar caer en el Purplewashing:
1. Autenticidad y coherencia: Asegúrate de que tus acciones y mensajes reflejan un compromiso real con la igualdad de género. Esto implica alinear tus valores y prácticas internas con tus mensajes externos. Tus acciones externas deben reflejar lo que eres para que tus mensajes sean coherentes y consistentes. Es por ello que tu compromiso con los valores de igualdad debe empezar en el interior. De esta forma, evitarás que puedan haber contradicciones, que tu comunicación pierda credibilidad y estarás construyendo autoridad de marca para hablar de igualdad, perspectiva de género y feminismo.
2. La transparencia es tu mejor eslogan: La transparencia es clave para que el público perciba tus valores. Sé transparente sobre tus políticas, prácticas y compromisos relacionados con la igualdad de género. Comunica de manera clara y honesta sobre cómo tu empresa o agencia de comunicación está trabajando para abordar las desigualdades de género y promover la diversidad e inclusión. Así aumentarás la confianza tanto en tu marca como en posteriores campañas y mantendrás tu credibilidad relacionada con la igualdad y no habrá sospecha de Purplewashing.
3. Compromiso a largo plazo: Es fundamental que las acciones de comunicación vayan más allá de simples campañas esporádicas, estableciendo un compromiso a largo plazo con la igualdad de género. Esto implica también, a nivel interno implementar políticas de igualdad salarial y programas de desarrollo profesional para mujeres, así como apoyar o promover continuamente causas que trabajan por la equidad e igualdad de género. Estas acciones deben ser consistentes y sostenibles en el tiempo, garantizando un impacto real y duradero en la promoción de la igualdad de género.
4. Dar voz a las protagonistas y su realidad: Prioriza la representación auténtica de las experiencias y perspectivas de las mujeres en tus mensajes y campañas. Escucha activamente y amplifica las voces de las mujeres, ofreciendo plataformas para que compartan sus historias, desafíos y logros. Esto no solo contribuirá a visibilizar las realidades diversas de las mujeres, sino que también promoverá la empatía y la comprensión entre tu audiencia.
5. Énfasis en la inclusión y la diversidad: La transversalidad es primordial en la representación del compromiso social. Destaca la importancia de la inclusión y la diversidad en todas tus comunicaciones, reconociendo y celebrando las diversas voces y experiencias. Incorpora la representación equitativa de mujeres de diferentes orígenes étnicos, culturales, socioeconómicos y de identidades de género diversas en tus campañas y mensajes.
6. Escucha activa y contínua y aprendizaje contínuo: Es fundamental escuchar activamente las voces y experiencias de las profesionales dentro de nuestra propia organización, además de las autoridades expertas comprometidas con la igualdad de género. Usar las herramientas que tienes a tu alcance te ayudará a retroalimentar tus acciones y mejorar en calidad y representación. Estar abiertos al aprendizaje, a la autocrítica te permitirá comprender mejor las necesidades y preocupaciones, lo que nos capacita para adaptar nuestras estrategias de comunicación de manera más efectiva y auténtica y huir del Purplewashing.
En resumen: predica con el ejemplo.
¿Cómo identificamos el Purplewashing?
El Purplewashing es fácilmente evitable si el objetivo de tu mensaje pretende visibilizar, señalar y dar voz a los valores de igualdad. Aquí os dejamos una preguntas que os pueden ayudar a identificar el Purplewashing y a construir un mensaje que promueva la igualdad y que no sea solamente una máscara. Si la respuesta a las preguntas es sí: ¡A por ello!
+ ¿Tus valores están alineados con la causa? Pregúntate si la causa responde a los valores de la empresa o si lo hace porque favorece a tu imagen de marca hablar de ello.
+ ¿La campaña aporta algún valor a la causa? La respuesta será sí si tu organización está ayudando, más allá de la “moda”, a visibilizar el problema y lleváis tiempo construyéndolo.
+ ¿Tu campaña tiene algún otro fin que no sea comercial? Si tu mensaje está vacío y solamente busca vender, entonces es Purplewashing.
+ ¿Promueves la causa a nivel interno? Si defiendes una causa, o cualquier valor, asegúrate de incluirlo en tu comunicación y política interna.
+ ¿Te comprometes a largo plazo? Si defiendes una causa o movimiento, entonces debes trabajar por visibilizar y aplicar constantemente políticas que lo favorezcan. Si acabas de empezar, trabaja en que sea consistente.