Ingresamos al mundo digital y nos encontramos inmersos en un mar de noticias, relatos, videos y audios. En medio de esta avalancha de contenido, surge la pregunta: ¿En qué debemos enfocarnos?
Nos enfrentamos a una abundancia de información sin cribar. Capturar el interés de un lector con un artículo periodístico es un desafío que demanda una investigación sólida, redacción hábil, recursos visuales impactantes y una estrategia efectiva en plataformas de redes sociales.
Con los avances en el mundo de la tecnología y de la información, surge el “periodismo inmersivo”. Esta tendencia consiste en la producción de noticias en una forma en la que los espectadores, con la ayuda de la realidad virtual, tienen la capacidad de explorar entornos tridimensionales y vivir de manera directa los acontecimientos o contextos que se desarrollan en dichos entornos. Este enfoque innovador del periodismo se convierte en una herramienta poderosa que aborda una de las necesidades fundamentales de la disciplina: transportar al espectador a la escena, como si fuera un testigo más de la acción.
El concepto de periodismo inmersivo
El término “periodismo inmersivo” fue acuñado por primera vez en 2010 por la periodista estadounidense Nonny de la Peña, quien lo definió como una manera de involucrar directamente al usuario en la historia.
“Cuando estás dentro de algo tienes la sensación de que algo está realmente pasando. Caminar dentro de un entorno te hace sentir que estás ahí, que estás formando parte de algo” – Nonny de la Peña
Con el “periodismo inmersivo”, las personas dejan de ser simples espectadoras que se informan a través de los medios de comunicación tradicionales como la radio, la televisión o la prensa. A través de las gafas de realidad virtual, se transportan a otro lugar del planeta y se sumergen por completo en el lugar de los hechos.
El participante puede vivir la experiencia a través de las imágenes, el sonido y, si esta tendencia se sigue desarrollando al tiempo que avanzan las nuevas tecnologías, incluso el tacto o el olfato. De hecho, esta práctica también se conoce como “periodismo sensorial”. Utilizando los cinco sentidos, el participante puede experimentar de manera más realista la emoción y los sentimientos de una noticia.
Otra ventaja que proporciona el “periodismo inmersivo” es que el espectador no forma su opinión basándose en la información que recibe de los medios de comunicación. Una información que, a menudo, está sujeta al punto de vista del editor o del medio en concreto. En este caso, es el mismo espectador que, mediante la vivencia de los hechos en primera persona, será el artífice de sus propias deducciones y conclusiones como testigo de los hechos. Asimismo, es una manera de evitar la contaminación de bulos o de información distorsionada. Son los propios individuos quienes viven en primera persona la noticia, sin esperar a que nadie les cuente qué ha sucedido.
La sensación de presencia depende en gran parte de las propiedades inmersivas de la tecnología. Es decir, de su habilidad para eliminar la percepción del entorno físico y ofrecer una representación verosímil de un ambiente virtual. Otros factores que pueden fortalecer la sensación de presencia en el lugar son los elementos narrativos, como la inclusión del participante como un personaje del relato o la posibilidad de interactuar con elementos representados, así como la capacidad de influir en el desarrollo de los hechos narrados.
Ejemplos de periodismo inmersivo
Como pionera en “periodismo inmersivo”, Nonny de la Peña fue de las primeras en utilizar la realidad virtual para cubrir temas de derechos humanos y conflictos sociales.
¿Y si pudiera presentarles una historia para que sientan con todo el cuerpo y no solo con la mente? Me he visto toda la vida tratando de presentar historias que puedan marcar la diferencia – Nonny de la Peña
Uno de sus trabajos más conocidos es ‘Hunger in Los Angeles’ y se trata de una reconstrucción en 3D de una tragedia humanitaria en la cual se trata de ayudar a personas muy necesitadas con agua, comida y bienes básicos. Retrata el acceso a los bancos de alimentos en los EEUU.
Otro de los proyectos más reconocidos de la periodista se denomina ‘Project Syria’. En este nuevo escenario, una niña syriana vive con normalidad aparente, hasta que explota una bomba.
Algunas investigaciones han demostrado que las experiencias de realidad virtual provocan respuestas emocionales más duraderas que las noticias basadas en textos. Al vivir la experiencia, los espectadores están más concienciados de la realidad de la noticia.
En un experimento del año 2020, por ejemplo, un grupo de investigadores ambientales descubrió que mostrar a las personas un escenario de realidad virtual sobre el cambio climático podría hacer que sintieran más empatía por el futuro del océano.
Limitaciones del periodismo inmersivo
Este avance tiene importancia tanto en el ámbito tecnológico como en el de la comunicación, no obstante, también plantea una serie de interrogantes y limitaciones.
Crear escenarios virtuales no es accesible para cualquier persona. Se necesitan recursos, tiempo y mucha dedicación. En el momento de recrear las escenas, por ejemplo, es imprescindible tener material grabado en los hechos reales y que este sea de calidad. En segundo lugar, hay que contar con un equipo de profesionales modeladores, animadores 3D, diseñadores de personajes e ingenieros de sonido.
La realización de contenidos periodísticos mediante la realidad virtual es cada vez más accesible, pues hay cámaras de 360 grados en el mercado que son económicas y sencillas de utilizar, pero los costes de producción siguen siendo bastante elevados. En muchos casos, es necesario contar con patrocinadores para producir contenidos de calidad.
Por otro lado, debemos tener en cuenta cuestiones éticas como el peligro de frivolizar situaciones dramáticas o que el espectador olvide que la noticia sigue siendo una construcción periodística, que refleja un punto de vista concreto. Esta nueva forma de periodismo también plantea el reto del “clickbait sensorial”, diseñado para manipular las emociones de un usuario.
Por estas razones, cabe considerar algunos interrogantes controvertidos ante esta nueva tendencia. ¿De qué manera garantizan los periodistas que su labor sea alcanzable por todos, incluso por aquellos grupos que a menudo no son una prioridad para las empresas tecnológicas? ¿Cuáles son los principios éticos que rigen la narración de historias que se fusionan con las percepciones de los usuarios?
La apuesta de los medios de comunicación
Desde la aparición del “periodismo inmersivo”, varios medios de comunicación de diversas partes del mundo se han unido a esta iniciativa. Entre las organizaciones periodísticas globales que ya han participado y creado contenidos periodísticos de calidad en realidad virtual, destacan el The New York Times, The Guardian, The Washington Post, la BBC, Vice, Sky News y Associated Press.
‘The Displaced’ fue el primer trabajo con el cual el diario The New York Times comenzó a trabajar en “periodismo inmersivo”. Esta historia narra la vida de tres niños que, debido a la guerra, deben desplazarse de sus países. El primer trabajo de The Guardian fue ‘6×9’, un documental sobre la historia de un prisionero en una celda de confinamiento. The Washington Post, en cambio, lanzó un 360 grados interactivo que llevaba a los usuarios a la superficie de Marte.
En ámbito nacional, The App Date impulsó el Immersive Journalism Lab, el primer laboratorio de periodismo inmersivo en español. En cuanto a los medios de comunicación españoles, RTVE impulsó distintos experimentos con realidad virtual, como la aplicación para visualizar contenido en 360 grados para la serie ‘Ministerio del Tiempo’. El País, en cambio, elaboró un reportaje en realidad virtual sobre las consecuencias del accidente nuclear en Fukushima, que contó con la financiación de Greenpeace.
El 15 de diciembre de 2020, en Barcelona, tuvo lugar el primer festival de documentales inmersivos del mundo, denominado XRDOCS. Sin embargo, el “periodismo inmersivo” en España sigue siendo una práctica reciente. La producción actual se basa en el uso de las tecnologías económicas y accesibles a los usuarios, con un potencial de interactividad todavía limitado. A día de hoy, está en fase de experimentación y, a su vez, en pleno desarrollo.