La realidad del ciberataque
Se cumple una semana desde que recibimos la noticia de que los países de medio mundo, incluída España, estaban sufriendo un ciberataque de gravedad (hasta el punto de llevarnos a una “guerra tecnológica»). La información hablaba de un virus con un nombre peculiar, WannaCry, que estaba dejando indefensas a grandes, medianas y pequeñas empresas a lo largo del planeta. Los días pasaron y la mayoría no notamos que nuestra vida se viera afectada de ninguna manera, pero el bombardeo de noticias era incesante, ¿Qué estaba pasando realmente? Según los expertos nada grave o inusual. De hecho, lo peor de toda esta crisis ha sido descubrir el desconocimiento general que existe en sobre estos temas, un dato especialmente peligroso para las empresas. El virus ha separado a las compañías que hacen bien las cosas de las que no lo hacen, y estar en un grupo u otro no depende de que el virus haya infectado o no tu sistema, sino de que hayas sabido reaccionar eficazmente.
Renovarse o morir
Otra noticia interesante de esta semana y que viene tiene mucha relación con lo anterior es la urgente necesidad en España de perfiles con formación digital. En nuestro país hay 350.000 puestos de trabajo sin cubrir por la escasa formación tecnológica. Hace tiempo que dejó de ser noticia la necesidad de una renovación en las formas de pensar y trabajar, ahora ya no hablamos del futuro, sino del presente. Las palabras ciudad, automóvil, seguridad, justicia, banca, turismo, talento, educación, comunicación, marketing y empleo, solo podrán ser entendidas a través de una aplicación digital. Pero recuerda, ¡Nunca es tarde para aprender!
Una huelga con difícil solución
Por último, no podemos dejar pasar por alto la huelga que desde hace tres días impide que El Periódico de Catalunya llegue a los quioscos. Hace 72 horas comenzó una protesta secundada por el 90% de la plantilla del diario, y por ahora las negociaciones no han dado ningún resultado positivo. Es la primera vez en los 38 años de historia del periódico que esto ocurre, lo que demuestra que la lucha por la supervivencia del periodismo está más viva que nunca.