Apps que mejoran el mundo
Las buenas noticias nunca vienen solas (y las buenas apps tampoco). En primer lugar queremos presentarte el proyecto «The Whole Story», que tiene el objetivo de crear una historia más completa teniendo en cuenta a las mujeres. Estamos ante un problema de base: la historia ha sido construida por hombres, lo que significa que las niñas aprenden sin tener referentes femeninos ¿Y cómo pueden aspirar a ser alguien que no pueden ver? La solución pasa por otorgarle a las mujeres su reconocimiento olvidado. Para conseguirlo, este proyecto ha creado una aplicación que recrea con realidad aumentada estatuas de mujeres influyentes en ciudades de todo el mundo, donde la mayoría de esculturas cuentan la historia de los hombres. Empezando por Central Park, la app nos permite hacernos una foto con la poetisa Emily Dickinson, al lado del busto real del también poeta Robert Burn.
La tecnología también se ha acordado esta semana de las personas invidentes. Unos emprendedores asturianos han lanzado Lazzus, una app diseñada para mejorar la autonomía de los ciegos y los discapacitados visuales. Según han informado los impulsores de esta iniciativa su objetivo es aumentar la seguridad del usuario a la vez que aportarle información útil y de interés en sus desplazamientos. Teniendo en cuenta que hasta el momento ningún GPS es accesible, esta aplicación supone un avance al haber creado un campo de visión auditivo y proporcionando información relevante del entorno, por ejemplo, si hay un paso de peatones, un cruce de calles o establecimientos concretos.
El futuro del cine
¿Cuántas películas te has quedado con ganas de ver este año? La respuesta podría estar cerca de ser ninguna. Al menos es lo que se ha propuesto MoviePass, una tarifa plana de cine en forma de tarjeta y con un precio de 9,95 dólares al mes. La gran pantalla a la que muchos daban por muerta se despierta de su letargo: por ahora la demanda es tal que es imposible darse de alta. El responsable de este furor es Mitch Lowe, cofundador de Netflix, que dimitió en 2011 para crear una startup que arreglase los problemas del cine de raíz. Parece que está muy cerca de conseguirlo, pero habrá que esperar para ver si puede coronarse como el nuevo rey y salvador de la industria cinematográfica.