El uso de lenguaje inclusivo o la mejor representación de las mujeres en medios y publicidad pueden contribuir a dejar atrás estereotipos sexistas
Poco a poco, la sociedad va adquiriendo conciencia de la responsabilidad colectiva que tenemos para conseguir un mundo más justo e inclusivo. Las desigualdades entre hombres y mujeres que se han venido perpetuando desde siempre, generación tras generación, solo desaparecerán cuando se tome conciencia y se pase a la acción desde todos los ámbitos de la sociedad.
En ese sentido el lenguaje tiene un papel fundamental. Pues es a través de la comunicación de organismos públicos, empresas, medios de comunicación y de entretenimiento que se construye el discurso público y el imaginario colectivo. La forma y el fondo del lenguaje utilizado en eslóganes, discursos, carteles, diálogos en una película, anuncios publicitarios, libros de texto, etc, tiene un impacto en la sociedad y es importante ser consciente de ello.
Luchar contra los estereotipos desde la comunicación
La comunicación puede perpetuar estereotipos sexistas e invisibilizar a mujeres y otros colectivos minorizados o puede, cuando se utiliza con conciencia y perspectiva inclusiva, ayudar a hacer todo lo contrario. En las últimas décadas hemos visto buenos ejemplos de ello que, aunque a veces de forma aislada, demuestran el poder de utilizar la creatividad y la comunicación para empoderar a las mujeres y avanzar hacia una igualdad real.
Un ejemplo interesante es la campaña que lanzó la conocida empresa de marcadores Stabilo en 2018 en la que reinventó su icónica frase “Subrayar lo importante” para destacar a grandes mujeres invisibilizadas por la historia. Otras multinacionales como Google, Bayer, Adobe o Cartier también han sumado esfuerzos alrededor de “The Unstereotype Alliance” (Alianza sin estereotipos), una iniciativa liderada por ONU Mujeres para luchar contra los estereotipos sexistas que a menudo se perpetúan a través de la publicidad.
Y es que en España, según el II Estudio de la Población Publicitaria publicado en 2021, mientras las mujeres representan el 51% de la base de la industria creativa, solo el 22% alcanza puestos medios de dirección, y esos datos se ven reflejados en las campañas e imagen corporativa de muchas marcas y organizaciones.
Cómo implementar un lenguaje más inclusivo e igualitario
El lenguaje inclusivo se va haciendo hueco en el espacio público y se ha convertido también en objeto de debate. Sin embargo, a pesar de opiniones diversas y debates lingüísticos, una forma de comunicar más inclusiva puede facilitar que mujeres, pero también personas de edades o etnias diferentes a lo hegemónico, se sientan más aludidas y representadas en el discurso público.
Comunicar de forma inclusiva no debe pasar necesariamente por la reiteración del duplicado masculino y femenino en nuestro lenguaje (ej. “el abogado y la abogada”) que puede entorpecer la lectura y generar cansancio, en su lugar podemos utilizar genéricos como “la abogacía”. Además de éste, otros recursos incluyen el uso de:
- Sustantivos genéricos y colectivos: por ejemplo, pasar de “los ciudadanos” a “la ciudadanía”.
- Pronombres neutros o relativos: “los contribuyentes” a “quienes contribuyen”.
- Perífrasis, construcción de varias palabras para evitar una palabra simple: “los profesores” a “el personal docente”
- La forma imperativa: “candidato debe enviar su currículum” a “Envíe su currículum”.
Algunas empresas y organismos públicos han lanzado manuales o guías de buenas prácticas para una comunicación no sexista e inclusiva, por ejemplo lo hizo el Grupo Oesia o la Corporación Pública Empresarial de Navarra.
Pero además del “cómo”, aún más importante es lo que se dice. Por ejemplo, es importante:
- Evitar referirse a las mujeres como apéndice de los hombres.
- No hacer referencia al físico o a la condición sentimental de una mujer, si no lo hacemos igualmente con un hombre y no aporta nada.
- Dar visibilidad al papel de la mujer en todos los ámbitos, sobre todo en los que tradicionalmente han sido más excluidas e invisibilizadas.
Mujeres y perspectiva de género en los medios
También muchos medios de comunicación están actualizando sus manuales de estilo para dejar atrás formas de comunicación poco igualitarias. Así, la corporación RTVE aprobó en 2020 su Guía de Igualdad, un documento con recomendaciones tanto para la información como el entretenimiento y la ficción.
Esta guía quiere que se eviten los estereotipos o la perpetuación de la hegemonía del modelo masculino y que no se destaquen a las mujeres por cuestiones vinculadas a su rol familiar o como objetos sexuales. También promueve el uso del lenguaje inclusivo y fomenta la presencia de mujeres en las informaciones, análisis y debates.
Sin embargo, más allá del uso de lenguaje inclusivo, en los medios de comunicación queda mucho por avanzar en cuanto a la representación y visibilidad que se da a las mujeres. Según el último estudio de medios en Europa del Global Media Monitoring Project (GMMP) solo el 28% de los artículos y noticias analizadas incluía a mujeres como fuente. El porcentaje baja a 22% cuando se trata de noticias sobre política. El análisis muestra cómo, en general, las mujeres solo son incluidas como testigos u opinión pública, y pocas veces como expertas.
Igual que en la industria publicitaria, los medios de comunicación están liderados mayoritariamente por hombres. Los datos del informe del Instituto Reuters muestran que en todos los países estudiados – incluido España – , el liderazgo está en manos de hombres a pesar de que en las redacciones no hay una diferencia considerable entre el número de hombres y de mujeres.
El cambio empieza desde dentro
Así pues, aunque el avance hacia la igualdad entre hombres y mujeres pasa por utilizar una lenguaje integrador y alejado de los estereotipos y roles de género, el cambio también debe producirse en sí los órganos de decisión y la cultura de empresas e instituciones.
Es necesario empoderar a las mujeres para que lleguen a posiciones de poder, contratar y valorar el talento femenino, eliminar los comportamientos sexistas y discriminatorios, y ser conscientes de los sutiles, pero dañinos sesgos de género presentes en la sociedad.
Como profesionales de la comunicación, es fundamental también tener presente el poder que tienen el lenguaje, las imágenes o las fuentes que utilizamos en todos nuestros contenidos y campañas.